La Nikkei es una cocina tradicional, que surgió de manera fortuita hace ya más de un siglo, fruto de la inmigración de ciudadanos japoneses a Perú.
Fue reconocida oficialmente como tal en la década de 1980.
Se cree que es en 1899, cuando los primeros japoneses llegaron a las costas de Perú como mano de obra para la recolecta del algodón y del azúcar.
Durante décadas, ambas culturas convivieron mano a mano, fusionando lo mejor de cada casa en diferentes ámbitos. La cocina no iba a ser menos. La intensa relación de Japón con el mar fue haciéndose hueco en su nuevo país. Los ciudadanos japoneses adaptaron paulatinamente sus costumbres y alimentación a los nuevos productos, así como las formas de preparación.
Perú era una nación rica en arroz, vegetales y pescado, base alimenticia de la cocina nipona, lo que facilitó notablemente el proceso de adaptación de los expatriados japoneses y el mestizaje entre ambas gastronomías. En este contexto, y con la creatividad gastronómica de por medio, surgió la cocina Nikkei.
En principio, esta comida era consumida de forma privada, en el ámbito doméstico, pero algunos años más tarde, cuando el trabajo en el campo cesó, los japoneses se acercaron a las ciudades y abrieron negocios de todo tipo. Y, cómo no, también restaurantes.
Se abren restaurantes como La Buena Muerte, de Minoru Kunigami, nombre capital en la historia de la cocina peruano japonesa.
Fue entonces cuando este estilo culinario comenzó a comercializarse y a popularizarse entre los locales, que vieron cómo sus platos tradicionales ahora contenían un poco de salsa de soja y jengibre o, en simulación al wasabi, kion, o un poco de mostaza en polvo.
Por su parte, el pescado comenzó a servirse lo más seco posible, en contraposición a las horas de maceración habituales de los criollos.